El día de ayer, 31 de mayo de
2012, se llevó a cabo la celebración del 95 aniversario de Puerto Vallarta como
municipio y el 45 como ciudad. El marco donde se llevaron a cabo diferentes actividades
fue el hermoso Malecón, sobre todo el cuadro principal de la ciudad que
componen los Arcos del Malecón, la Presidencia, la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe y el Kiosco
de la Plaza de Armas.
El evento fue una fiesta en toda
la expresión de la palabra: Batucada, samba, mariachi, juegos pirotécnicos y
bailes regionales llenaron de alegría a todos los asistentes que inundaban las
calles con un júbilo apreciable en todos los rostros.
La ocasión no era menor, se
trataba de celebrar un lugar en común, un hogar, un Puerto que abre sus brazos
no solo para los nacidos en él, sino para todos lo que con su llegada
contribuyen a su crecimiento. Por tanto la celebración englobaba a todos, era
la fiesta de Vallarta, la fiesta de todos sus habitantes y visitantes.
Y como en todo digno festejo, el
momento cumbre debe ser partir el Pastel. Y para una celebración tan especial,
el Pastel tenía que estar a la altura, así que en Repostería Los Chatos teníamos el reto y la bendición de elaborar
un pastel que no sólo festejará, sino que además hablará sobre lo que es Puerto
Vallarta.
Que mejor para contarnos la
historia de Puerto Vallarta, que sus lugares más icónicos. Aquellos lugares imprescindibles
en una visita, donde se han tomado miles de fotografías y se han escrito sin
tinta muchas historias que entrelazadas forman la misma, el idílico cuento de
un Puerto en el Pacífico que promete no borrarse de tu memoria nunca.
Los lugares a escoger no fueron fáciles,
pero fueron seleccionados de forma natural: los arcos naturales frente a la
playa de Mismaloya, lugar obligado para los amantes del buceo y rodeado de
mitos e historias por sus cañones y corrientes submarinas.
La fuente de los Delfines en el Malecón,
donde alguna vez todos se tomaron una foto, dieron un beso o se encontraron con
alguien, pues es un punto de referencia natural en el centro de la ciudad.
La escultura del Caballito,
monumento que podemos ver en nuestra mente grabado cada vez que escuchamos la
palabra Puerto Vallarta, e imperdible marco de fotografías para todos nuestros
visitantes.
Los Arcos del Malecón, nuestro
principal foro y tribuna, construcción que casi
pegada al mar ha sido el escenario de los mejores espectáculos,
discursos y eventos que han dado forma a nuestra alegría colectiva.
Y por supuesto la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, testigo inmutable que observa a la ciudad crecer, cambiar y volver
arrodillada a sus pies con cada celebración donde la tradición perdura.
Todos esos elementos tenían que
estar presentes en nuestro pastel, y así fuimos elaborando cada uno, juntándolos
en un lienzo de pastel de nuez que simulaba la arena del mar, esa arena que a
todos nos hace sonreír, ya sea al pisarla cuando visitamos la playa o al pensar
que de algún modo es culpable del éxito y la abundancia de esta ciudad.
La celebración se pudo dar, la
fiesta tuvo su momento cumbre cuando el Señor presidente y su comitiva
partieron el pastel, contentos al mirar a una ciudad unida en celebración alrededor
de un pastel de cumpleaños.
FELICIDADES PUERTO VALLARTA,
FELICIDADES A TODOS LOS VALLARTENSES, FELICIDADES A TODOS LOS QUE VIVIMOS AQUÍ.
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